Acuarelas
La acuarela es un arte delicado, en el que la creatividad y la emoción están estrechamente ligadas al conocimiento que se tiene de las herramientas que se utilizan: agua, pigmentos, papel y pinceles.
Un error no tiene remedio. Dos minutos antes de terminar una acuarela, puede ocurrir un accidente y estropear el resultado final.
Einstein dijo: "El genio es 90% trabajo".
¿Qué es el trabajo en la acuarela? Es practicar una y otra vez, conocer de memoria las reacciones de los pigmentos mezclados con el agua sobre el papel, saber qué pincel utilizar para cada efecto, saber qué mezcla de colores coincidirá con el color del cielo que tienes delante para reproducirlo lo más fielmente posible.
Trabajar la acuarela es convertir tus conocimientos en reflejos. Es olvidarse por fin de la técnica dominada para transmitir emociones.
Es como un pianista que ya no mira la posición de sus dedos mientras toca y que, en cambio, se concentra en su interpretación y en los sentimientos que quiere compartir con su público.
Hay otro elemento que también hay que intentar dominar, y no es de los más sencillos, porque no hay manual de instrucciones para ello: la estructura del cuadro.
Es un elemento muy subjetivo, pero sirve para transmitir (o no) al espectador la frágil noción de armonía.
¿Por qué es bello un cuadro? ¿Por qué provoca admiración, rechazo o incluso indiferencia?
Aunque es muy difícil responder a estas preguntas, la historia de la pintura puede darnos algunas respuestas y hacernos reflexionar sobre ellas. La historia de la pintura, pero también la historia de las medidas utilizadas por los hombres a lo largo de los siglos.